Uno de los peritos contratados por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, para dar con las causas del desplome de la Línea 12 del Metro, indicó que las trabes metálicas del tramo elevado tenían deformaciones las cuales eran detectables y monitoreables. 

El dictamen concluyó que no se realizaron inspecciones ni estudios previos de las trabes del tramo colapsado de la llamada Línea Dorada. 

También se indicó que en el sitio colapsado, se encontró un “flechamiento” de cuatro centímetros en la trabe norte y otro de tres centímetros en la trabe sur, en una sección de 13 metros. 

El perito especializado pronosticó que antes de fallar, las trabes metálicas presentaban ya flechamientos del orden de los ocho a 10 centímetros. También halló deformaciones en las trabes del cuerpo gemelo, que es prácticamente la réplica del tramo 12 y 13.