La cifra de muertos por el incendio ocurrido ayer en la unidad de covid-19 del hospital Imán al Husein, ubicado en la ciudad de Nasiriya en el sur de Irak, aumentó a 92, informó el Departamento de Salud de Di Qar.
Las primeras investigaciones señalan que el incendio fue causado por la explosión de un concentrador de oxígeno en el centro de salud.
Este accidente ha provocado la ira contra el gobierno iraquí, el cual es acusado otra vez de negligencia y mala gestión, ya que hace tres meses se dio un incidente similar en Bagdad que dejó un saldo de 82 fallecidos.
Por su parte, Barham Salih, presidente iraquí, acusó en su cuenta de Twitter que ambos incendios son «resultado de la corrupción y la mala gestión que subestima la vida de los iraquíes e impide el desempeño de las instituciones«.
El presidente iraquí afirmó que «la investigación y el castigo duro a los negligentes es el consuelo» de las víctimas y sus familias. Asimismo, consideró necesario que se haga una revisión estricta del trabajo de las instituciones para proteger a los ciudadanos.
“No es de extrañar que el desastre se repitiera ayer en Nasiriya, ni sería sorprendente que se repitiera nuevamente en otros lugares”, sostuvo hoy Ali al Bayati, miembro de la Comisión de Derechos Humanos iraquí.