Este lunes el pleno de la Suprema Corte de Justicia que encabeza Arturo Zaldivar de la Nación tiene planeado resolver un tema clave en la discusión pública: el propósito de la izquierda radical de invalidar la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones Y Radiodifusión e imponer un modelo de sanciones y censura a la opinión y la información que podría llevarnos al extremo de que dejen de existir noticieros en radio y televisión a fin de favorecer una sola visión de las cosas. No es exageración alguna.

Parece inverosímil que haya nuevamente que defender las  libertades que se dábamos por firmes e irreversibles en una república, pero así es: el grupo de izquierdistas que promovieron en el senado una acción de inconstitucionalidad contra la reforma referida que, de prosperar, tendría como consecuencias directa  que los comunicadores de radio y televisión estén (estemos) obligados a distinguir entre información y opinión, en cada una de sus transmisiones, lo cual resulta imposible en la propia práctica informativa para supuestamente “defender los derechos de las audiencias”.

Los legisladores e ideólogos alineados al Foro de Sao Paulo decidieron emprender un ataque directo a la libertad de expresión bajo el ese pretexto, argumentando que ello “obedece a un reclamo y malestar de diversos comunicadores y periodistas, organizaciones nacionales e internacionales, que consideraron que los lineamientos de audiencias que emitió el IFT (2016) implicaban restricciones importantes a la libertad de expresión”.

Su fórmula es ya conocida e igual de perversa: el represor se hace llamar reprimido para luego reprimir más. En su contrareforma buscan imponer que la autoridad considere, discrecionalmente qué comunicador no ha distinguido correctamente entre información y opinión… y con ello sancionar al concesionario de radiodifusión para el cual trabaja. Ello no solo afectaría la dinámica de sus programas, pues impone la inminente amenaza, un machete de censura, de afectar sus finanzas y podría ser objeto de sanciones de hasta un 3% de sus ingresos brutos anuales e incluso, hasta se podría llegar al extremo de suspensión de transmisiones de un canal de TV o estación de radio.

Se trata de un asunto de la mayor relevancia social y para la democracia. Por ello decidí recortar mi breve asueto para poner mi granito de arena a favor de las libertades comunes.

La decisión de los ministros

Los once integrantes del la SCJN tienen la delicada tarea de definir el futuro, no de los medios de comunicación, sino de poderes autónomos como es la propia Corte y por tanto del contrapesos de poderes. Luisa María AguilarJorge Mario Pardo, Alfredo Gutierrez, Alberto Pérez, Javier Laynes, Norma Lucía Piña, Juan Luis González, Yasmín Esquivel, Margarita Ríos Farjat y Loretta Ortiz, y el propio Zaldivar tienen la tarea definitoria para el curso de la república.  

Y es que un ambiente sobre regulado que vive esta industria y ante tales amenazas que no otorgan una certeza jurídica a las inversiones de los radiodifusores limitar la libertad de expresión y el derecho a la información es entregarle al Estado mexicano -sea quien sea su poder ejecutivo-  una herramienta darle un castigo a cualquier noticia-comunicador-concesionario que le incomode por más que sea verdadera que sea la información.

La libertad está en juego.

Prosa y la Inteligencia de datos

Hablando de decisiones inteligentes, PROSA, la procesadora de pagos que dirige Salvador Espinosa, organizó el webinar “Inteligencia de datos” en el que participaron expertos como Eduardo Soto Alarcón, director de Datos y Analítica de Banco del Bajío; Alfredo Rubio, director de la almacenadora de datos Snowflake; y Santiago Guerra, Strategy Planning and Analysis, Global Payments Netflix, y como moderador participó Marco Antonio Hernández Zepeda, Chief Data Officer de Prosa.

Ahí, Alfredo Rubio, de Snowflake, recomendó que los datos tienen que estar al servicio del negocio; usar fuentes de datos analizadas y verificadas; establecer un marco de calidad de datos y subirlos a una arquitectura de datos moderna, escalable y de fácil acceso; habilitar la gobernanza de los datos; democratizar los datos e, importante, contar con un buen equipo para la toma de decisiones.

Y ojo, que Santiago Guerra, de Netflix, planteó que la fricción entre cliente y empresa es el peor enemigo del consumo por lo que, para prevenirla y atenderla, es importante apoyarse en el análisis de datos.

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@mfloresarellano