Samuel García evalúa su futuro político ante la incertidumbre de su candidatura presidencia

Samuel García Sepúlveda, actualmente en el cargo de Gobernador del Estado de Nuevo León, ha manifestado que aún no ha tomado una decisión definitiva sobre si se separará del cargo el 2 de diciembre para competir por la Presidencia de la República. Según él, está esperando el permiso de su esposa, Mariana Rodríguez, y planea llevar a cabo una «consulta» que involucrará a su esposa, la ciudadanía y su partido, Movimiento Ciudadano.

García Sepúlveda también ha reiterado su determinación de no dejar la gubernatura en manos de lo que él llama «la manzana podrida», refiriéndose a Arturo Salinas Garza, quien fue designado gobernador interino por el Congreso del Estado. Argumenta que Salinas es inelegible debido a la prohibición de ocupar dos poderes en una sola persona y que representa a partidos, el PRI y el PAN, que han estado involucrados en actividades corruptas durante 40 años.

Durante un evento en San Pedro, donde presentó 300 nuevos camiones para el transporte urbano y adelantó algunos puntos de su próximo informe, García Sepúlveda destacó los avances significativos logrados en seguridad, transporte, infraestructura vial y salud durante sus dos años de gestión, en contraste con la supuesta mediocridad y corrupción que caracterizó a los partidos PRI y PAN durante cuatro décadas.

El gobernador también expresó su frustración ante lo que considera intentos del PRI y el PAN por obstaculizar su gobierno en lugar de trabajar en la elaboración de leyes y presupuestos. Acusó a estos partidos de estar asustados por los resultados de su administración y de nombrar como gobernador interino a alguien que considera su empleado, en referencia a Arturo Salinas.

García Sepúlveda señaló que el PRI y el PAN ven su posible candidatura presidencial como una amenaza y especuló que su esposa aún no le ha dado permiso para postularse porque ambos partidos temen que su candidatura los relegue al tercer lugar y que el PRI pierda su registro.

En medio de este panorama, el gobernador concluyó que se centra en su labor en Nuevo León, y aunque su candidatura presidencial sigue en consideración, aún no ha tomado una decisión definitiva. Afirmó que no dejará que «la manzana envenenada» se haga cargo de la gubernatura y calificó la designación de Arturo Salinas como ilegal en su solicitud de licencia.