Pintura de Medianoche: Cesto con Frutas, de Caravaggio.

Caravaggio. Cesto con futas.

De Caravaggio es la sentencia de que es tan difícil pintar un jarrón de flores como un cuadro de figura humana. Esta afirmación no solo cuestiona la jerarquía de los géneros, fijada desde Alberti, sino que también significa el comienzo del desarrollo continuo de un nuevo género en la pintura europea: la naturaleza muerta.

Si hasta entonces sólo se había dado casos aislados de cuadros que representaban únicamente objetos, una estantería de Carpaccio, un trofeo de la caza de Barbari y una mención (1506) de Antonio de Crevalcore, que al parecer pintó «un cuadro lleno de frutas». Sin embargo desde Caravaggio, la naturaleza muerta comienza a convertirse en el género más popular. Es la respuesta al aumento de colecciones privadas de arte y la demanda de punturas profanas que significó.

Caravaggio ha compensado sorprendentemente la pérdida de peso especifico que ello supone. El cesto se encuentra a la altura de los ojos, traspasando el borde de la mesa con lo que avanza hacia el espacio del espectador. Con esta intensificación formal y una vista deliberada se logra enmarcar los contextos alegóricos este objeto trivial: el cesto representa la vanidad, y la fruta agusanada la brevedad de la vida. Caravaggio muestra el trágico paso del tiempo y la risible vanidad derrotada entre la podredumbre.