Los manuscritos de Einstein sobre la teoría de la relatividad se subastarán en París en noviembre

Borradores simples que valen oro. El 23 de noviembre tendrá lugar una subasta excepcional en París. Están a la venta cincuenta y cuatro documentos, borradores de los pensamientos de una de las mentes más brillantes de su tiempo, Albert Einstein. Con más de un siglo de antigüedad, los especialistas estiman su valor global en unos tres millones de euros. Estos documentos ayudaron a revolucionar el enfoque científico del universo.

Estos borradores fueron escritos entre junio de 1913 y principios de 1914, en conjunto con su amigo de toda la vida y confidente Michele Besso. Entre las 54 páginas del manuscrito, veintiséis están escritas por Einstein, veinticinco por Besso y tres escritas a dos manos. Organizada por Christie’s y la casa Aguttes, la venta debería provocar pánico en los contadores con estas raras reliquias de un físico que desde entonces ha entrado en la leyenda.

Comprender la trayectoria de Mercurio

Einstein publicó en 1905 su teoría de la relatividad, que ya definía los contornos de los avances futuros. Consciente de los límites de su trabajo, busca extender su visión a un enfoque más general y, en última instancia, comprender el funcionamiento del Universo. En el corazón del cuestionamiento científico de la época, la anomalía de la órbita del planeta Mercurio. Su lento movimiento alrededor del sol no sigue exactamente las ecuaciones de Newton, que son entonces autorizadas. Einstein pasa casi una década resolviendo esta ecuación imposible.

Si estos manuscritos, abandonados en su momento por el físico suizo, se encuentran todavía en excelentes condiciones ciento ocho años después, es en gran parte gracias al rigor de Michele Besso, que prefirió conservar estos preciosos documentos de trabajo. Llenas de errores y dudas, dan testimonio del proceso de pensamiento del científico más eminente de su tiempo. Hasta el momento sólo existía un manuscrito sobre el mismo tema. Fechado en el invierno de 1912-1913, actualmente se conserva en los archivos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Después de años de fósforo, Albert Einstein finalmente envió su manuscrito final sobre la relatividad general el 25 de noviembre de 1915 a la Real Academia de Ciencias de Prusia. Una presentación límpida que cuestiona todas las certezas de la época sobre el Espacio.

El responsable de esta venta en Christie’s Adrien Legendre especifica que “ los documentos autógrafos científicos de Einstein de este período, y más en general anteriores a 1919, son extremadamente raros. (…) Es un testigo excepcional del trabajo de Einstein y nos permite una inmersión fascinante en la mente del científico más grande del siglo XX «.