La Casa Blanca informó recientemente que no espera que México tome medidas recíprocas en el refuerzo de la frontera común, a pesar de la presencia de 1,500 militares estadounidenses para apoyar en tareas migratorias, ya que ambos países mantienen un diálogo constructivo sobre la inmigración ilegal y el narcotráfico.

La medida de expulsar a migrantes bajo el Título 42, que fue implementada por el ex presidente republicano Donald Trump y continuada por el mandatario demócrata Joe Biden, llegará a su fin el próximo 11 de mayo, lo que podría causar un aumento en el flujo migratorio y la necesidad de reforzar la seguridad en la frontera.

Los militares estadounidenses que se desplegarán en la frontera no tendrán ninguna participación en actividades de aplicación de la ley, sino que se centrarán en tareas administrativas y de logística para apoyar la misión existente del Departamento de Defensa.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, viajó recientemente a Texas para ayudar en los preparativos para el regreso al proceso de inmigración del Título 8. Durante su visita, Mayorkas inspeccionó un centro de procesamiento y puertos de entrada y observó algunos de los vuelos de expulsión que el Departamento de Seguridad Nacional está aumentando.