Julio Frenk Mora, ex secretario de Salud durante el gobierno de Vicente Fox, afirmó que el desmantelamiento de las instituciones de salud pública, en particular el Servicio de Vigilancia Epidemiológica, resultó en una tragedia económica y un exceso de mortalidad por covid-19 que supera los 700 mil mexicanos.
Durante la presentación de su libro «Desde un lugar de la pandemia», Frenk destacó que México contaba con sólidos protocolos para enfrentar la emergencia sanitaria. Sin embargo, las autoridades optaron por minimizar el impacto del SARS-CoV-2 y promover métodos de supuesta protección contra la enfermedad que resultaron ineficaces.
Aunque reconoció la alta contagiosidad del virus, Frenk afirmó que podríamos haber controlado la enfermedad mediante los protocolos tradicionales de vigilancia de brotes, seguimiento de casos, aislamiento y cuarentenas, sin necesidad de recurrir al confinamiento masivo. Sin embargo, debido a la falta de preparación y a las acciones contradictorias, se produjeron retrasos desastrosos en la gestión de la pandemia.
Frenk lamentó que durante cuatro sexenios anteriores se fortaleció la Secretaría de Salud, pero en la actualidad se encuentra desmantelada al igual que otras instituciones. El ex secretario de Salud también criticó la falta de participación de México en tratados internacionales para enfrentar futuras pandemias y señaló que el talento atrae talento, mientras que la mediocridad genera más mediocridad.
En cuanto a la pandemia en sí, Frenk subrayó que es necesario tomar conciencia de la magnitud de la tragedia y aprender de ella para construir una mejor normalidad en lugar de volver a la situación anterior. Además, advirtió que las autoridades sanitarias en el mundo pronostican la aparición de pandemias más graves que la del covid-19.
Frenk también mencionó el caso de la Universidad de Miami, donde se implementaron estrictos protocolos que permitieron evitar muertes. Estos incluyeron el uso obligatorio de cubrebocas, toque de queda, limitación de los encuentros a 10 personas, pruebas de PCR para toda la comunidad, rastreo exhaustivo de casos sospechosos y asignación de presupuesto. Gracias a estas medidas, la universidad pudo volver a la normalidad en agosto de 2020 y los estudiantes se graduaron sin contratiempos.