El Papa Francisco y la Antigua Tradición de los «Parmureli» en el Domingo de Ramos

El Papa hace su ingreso a la Plaza de San Pedro para el Domingo de Ramos de 2023

Durante la solemne celebración del Domingo de Ramos, la Plaza de San Pedro se adorna con una antigua y especial tradición: los «Parmureli». Estas ramas de palma, intrincadamente tejidas siguiendo un método tradicional, son portadas por el Papa Francisco y los cardenales en señal de aclamación a Jesús en su entrada a Jerusalén. Esta costumbre, que se remonta a la época del Papa Sixto V, se renueva cada año, conectando a la actualidad con siglos de devoción y arte litúrgico.

Este 24 de marzo, al comienzo de la liturgia que conmemora la Pasión del Señor, el Papa Francisco y los cardenales concelebrantes exhibirán los «Parmureli», que en el dialecto de Liguria, significa «palma joven». Procedentes de San Remo, estos «Parmureli» son el resultado de una laboriosa técnica de tejido pasada de generación en generación, siendo la Asociación Famijia Sanremasca la encargada de su elaboración y entrega.

La preparación de estos objetos litúrgicos es meticulosa: las palmas jóvenes se mantienen en oscuridad para preservar su color amarillo antes de ser tejidas manualmente en una secuencia precisa. El resultado es un verdadero bordado en palma, con la pieza destinada al Papa destacando por su altura y complejidad.

La historia de los «Parmureli» se entrelaza con leyendas y hechos históricos, como el episodio en 1586, cuando el capitán Benedetto Bresca de San Remo, con un acto de ingenio, contribuyó al éxito del reposicionamiento del obelisco en la Plaza de San Pedro. Como recompensa, obtuvo el privilegio de proveer las palmas para la Semana Santa en el Vaticano, una tradición que su familia ha mantenido hasta hoy.

La Semana Santa en el Vaticano, iniciando con la Misa del Domingo de Ramos y culminando con la Misa Pascual y la Bendición Urbi et Orbi, es una época de profunda reflexión y renovación espiritual. Este año, la tradición de los «Parmureli» continúa siendo un puente entre el pasado y el presente, simbolizando la unidad y la fe que perdura a través de los siglos.