En el Ángelus dominical, el Papa Francisco dirigió sus oraciones a las víctimas del huracán Otis y expresó su solidaridad con la población de Acapulco, México, que ha sufrido los estragos de un huracán de gran magnitud. Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice transmitió su cercanía y ofreció sus plegarias por aquellos que han perdido la vida, así como por sus familias y todos los afectados por este desastre natural.
El Papa Francisco también invocó la intercesión de la Virgen de Guadalupe para que sostenga a sus hijos en esta difícil prueba.
La Santa Sede emitió previamente un telegrama en el que el Papa expresó su profunda pena por la catástrofe en las costas de Guerrero. En el mensaje, el Santo Padre ofreció sus fervientes sufragios por los fallecidos y solicitó consuelo para quienes padecen los devastadores efectos del huracán. Asimismo, instó a la comunidad cristiana a mostrar caridad ardiente y colaborar en la reconstrucción de las áreas afectadas.
