El Jardín Anatole, un hito en la arquitectura de madera en México

El estudio de arquitectura local Dellekamp Schleich ha completado la construcción de un edificio de oficinas en la Ciudad de México que se proclama como la estructura de madera maciza más grande y alta del país, con el objetivo de servir como un ejemplo de métodos de construcción innovadores.

Denominado «El Jardín Anatole», este edificio de cuatro pisos, con un área total de 940 metros cuadrados, ha sido erigido en el antiguo patio de una casa histórica en un barrio residencial de la Ciudad de México, considerado con un gran potencial de densidad.

La singularidad de esta construcción radica en su uso predominante de madera de ingeniería, derivada de robles del norte de México, con la excepción de una impresionante armadura de acero en forma de V a nivel del suelo y el concreto empleado para el ascensor y las escaleras.

En un país donde el concreto y la piedra son materiales predominantes en la arquitectura, este estudio decidió explorar las posibilidades de materiales de construcción más livianos. Dellekamp Schleich subraya que, aunque México ha tenido edificios y casas con estructuras de madera laminada en su historia, ninguno ha superado los dos niveles de altura, ha exhibido madera laminada a la vista o ha estado ubicado en un contexto urbano, haciendo de «Jardín Anatole» una estructura pionera y única en México.

La planta baja del edificio cuenta con un espacio comercial de doble altura, predominantemente acristalado, que presenta una impresionante armadura de acero que sirve como entrada. Este acero sostiene bandas de madera que rodean el segundo piso, el cual se extiende ligeramente hacia afuera desde la planta baja y presenta una serie de cerchas de madera. El vidrio se utiliza para llenar los espacios entre los elementos estructurales de madera.

Una característica notable es que todos los elementos de madera de aspecto vertical son estructurales y se han mantenido a la vista, revelando así los métodos innovadores utilizados durante la construcción.

Dado que la Ciudad de México se encuentra en una zona sísmica, el estudio se centró en crear una estructura sólida y flexible capaz de resistir la actividad sísmica. Según se explica: «Toda la estructura, incluida la armadura, fue meticulosamente diseñada para soportar su propio peso y posibles terremotos». La elección de roble se basó en su flexibilidad, que ofrece ventajas claras en comparación con los materiales de construcción tradicionales.

Este proyecto se suma a la tendencia mundial de utilizar madera maciza en contextos urbanos, siguiendo el ejemplo de otros países y regiones con abundancia de este material, como Canadá y Escandinavia. En México, también se han realizado proyectos con grandes cantidades de madera en sus estructuras, como una escuela de música del Colectivo C733, que presenta un techo de madera de coco de gran altura.