El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha afirmado que la economía de Estados Unidos experimentará un crecimiento lento pero seguro. Para lograr una desinflación sostenida, se requerirá un largo período de una política monetaria restrictiva. Según las conclusiones preliminares de la evaluación anual realizada por el FMI, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos aumente aproximadamente un 1.2% en 2023 y se recupere de manera modesta en 2024.
El FMI ha asociado el comportamiento económico estadounidense con un aumento en la tasa de desempleo, que se estima llegará al 4.24% hacia finales del próximo año. Sin embargo, el FMI también señaló que la tasa de desempleo entre las mujeres y los afroamericanos ha alcanzado mínimos históricos, y los salarios reales han aumentado más rápido que la inflación desde mediados de 2022.
Estos resultados positivos se deben en parte a la resiliencia mostrada por la economía frente a las políticas fiscales y monetarias restrictivas implementadas en 2022. El FMI destacó que la demanda de los consumidores se ha mantenido sólida, impulsada inicialmente por una disminución en los ahorros acumulados y más recientemente por un crecimiento sólido de los ingresos reales disponibles.
Sin embargo, el informe del FMI advirtió que la fortaleza de la demanda y el mercado laboral también contribuyen a una inflación persistente. Aunque el aumento de precios en los bienes se ha estabilizado y se espera que el crecimiento relacionado con la vivienda se modere en los próximos meses, los aumentos salariales anteriores ahora se están reflejando en los servicios no relacionados con la vivienda.
A pesar de que se espera que la inflación general y subyacente disminuyan durante 2023, se mantendrán significativamente por encima del objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal para 2023 y 2024. Para lograr una desinflación sostenida, será necesario un alivio en las condiciones del mercado laboral, que aún no se ha evidenciado en los datos actuales, según el FMI.
El FMI considera que se requerirá un prolongado período de política monetaria estricta para que la inflación regrese firmemente a la meta. Esto implica que la tasa de los fondos federales se mantenga entre el 5.75% y el 5.25% hasta finales de 2024.
