Según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), los precios de las garnachas y antojitos han experimentado un incremento de hasta un 41% en lo que va del año 2023. Los establecimientos más afectados por este aumento son las loncherías, fondas, torterías y taquerías. Las comidas corridas, en particular, han pasado de costar entre 50 y 55 pesos a alcanzar los 80 pesos, lo que supone una carga adicional para los trabajadores.
Durante la entrevista con el consultor en economía Pedro Tello, se destacó que el regreso a la normalidad laboral implica destinar una proporción cada vez mayor del ingreso personal y familiar al transporte y a los alimentos. Comer fuera de casa ahora es más costoso y requiere de más recursos que en años anteriores. Esto representa un desafío significativo para los más de 40 millones de mexicanos que trabajan en oficinas y dependen de un salario, especialmente cuando se considera que una comida corrida diaria puede restar una parte considerable del salario mínimo.
El aumento de precios en los alimentos se atribuye al encarecimiento del gas, la carne, la tortilla, la cebolla, el pepino, el aceite y los limones, así como al sobreprecio del bistec y el pollo, que llega hasta el 25%. Productos tradicionales como el pozole y los chilaquiles con pollo o huevo han experimentado incrementos de hasta el 41%. En este contexto, el costo de comer fuera de casa se convierte en un desafío económico para los trabajadores mexicanos.
