Donald Trump ha reafirmado su posición dominante en las elecciones primarias republicanas, obteniendo una victoria decisiva en New Hampshire poco después del cierre de las urnas, según informes de diversas cadenas de televisión y la agencia Associated Press. Esta victoria, que se suma a su reciente y contundente triunfo en los caucus de Iowa, señala la clara preferencia de los votantes a su favor, incluso con una alta participación electoral. Con un 18% de los votos ya contabilizados, Trump lidera con un 54,3% frente al 44,7% de Nikki Haley.
El contexto de New Hampshire era particularmente crucial para Haley, quien, tras la retirada del gobernador de Florida, Ron DeSantis, se perfilaba como la principal rival de Trump. Sin embargo, su incapacidad para ganar en este estado moderado, donde contaba con apoyo significativo y la participación de votantes independientes en las primarias republicanas, presagia dificultades en futuras contiendas a nivel nacional.
La lista de candidatos republicanos incluía a varios que ya se habían retirado de la carrera, como el exvicepresidente Mike Pence y el senador Tim Scott, recibiendo votos marginales. La estrategia de Haley, incluso con la derrota en New Hampshire, era continuar en la carrera, pero ahora se enfrenta a la necesidad de reevaluar su campaña. Su próxima prueba será en Nevada, donde no está inscrita en los caucus, y luego en Carolina del Sur, su estado natal, donde Trump lidera las encuestas.
Los eventos de campaña de Trump, que atraían grandes multitudes en comparación con los más modestos de Haley, y la presencia visible de sus seguidores en los centros de votación, indicaban una ventaja para él en New Hampshire. Los seguidores de Trump, como Michael Guglielmo, expresaban un fuerte apoyo a su candidatura, destacando su cumplimiento de promesas y su capacidad para mantener una economía fuerte.
En contraste, una seguidora de Haley de 57 años destacó la necesidad de cambio y la posibilidad de Haley para ganar en las elecciones generales, señalando la importancia de una nueva generación y la posibilidad de una mujer presidenta.
Las elecciones primarias demócratas también tuvieron lugar, con Joe Biden como favorito. A pesar de no figurar en las papeletas debido a una disputa interna del partido, los votos escritos a mano indicaban un apoyo sólido a su candidatura, enfrentándose a rivales como el congresista Dean Phillips y la escritora Marianne Williamson.
Colin Van Ostern, un destacado militante demócrata, expresó su firme apoyo a Biden, subrayando su capacidad para vencer a Trump y defender temas clave como la economía inclusiva y los derechos al aborto. Con los resultados de New Hampshire, Trump se consolida como el líder indiscutible de las primarias republicanas, perfilándose para una posible revancha contra Biden en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.