Con la finalidad de anular estereotipos negativos en la población juvenil canadiense, casi 5.000 libros infantiles fueron retirados de 30 escuelas para ser destruidos. Ocurrió en el suroeste de la provincia de Ontario y fue una iniciativa impulsada por el Consejo Escolar de Providence que aglutina a una treintena de centros católicos de habla inglesa.
Su objetivo con ese gesto era buscar la «reconciliación» con «las primeras naciones» para acabar con «el racismo, los estereotipos y la discriminación», según ha informado Radio Canadá.
Por ello, en 2019 se llevó a cabo «una ceremonia de purificación» en la que llegaron a quemarse una parte de esos libros retirados de las bibliotecas escolares. Las cenizas se utilizaron como fertilizante para plantar un árbol y simbolizar el paso de «lo negativo a lo positivo».
El proceso se explicaba en un vídeo dirigido a los estudiantes: «Enterramos las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos con la esperanza de crecer en un país inclusivo donde todos podamos vivir en prosperidad y seguridad», se decía en la grabación.
Según informa Radio Canadá, el plan era realizar ceremonias similares en cada una de las escuelas; pero la pandemia pospuso ese proyecto. Sí se descartó la idea inicial de quemar todos los libros, por temor a las protestas de padres y maestros.
Los volúmenes retirados por contenido considerado desactualizado o inapropiado «han sido reciclados o están en proceso de serlo», explica la portavoz de la Junta Escolar Lyne Cossette.
Radio Canadá ha tenido acceso a un documento de 165 páginas que detalla todos los títulos eliminados y las razones. Se incluyen cómics (de Astérix o Tintín, entre ellos), novelas y enciclopedias.