Estados Unidos, acostumbrado a las salidas polémicas del expresidente republicano Donald Trump, se ve sacudido por sus recientes afirmaciones durante un mitin en New Hampshire. Trump sostuvo que los migrantes «están envenenando la sangre» del país, desatando comparaciones con Adolf Hitler y el fascismo.
En el mitin, Trump expresó su preocupación por la entrada de millones de personas al país, afirmando que están «envenenando la sangre de nuestro país» y mencionando que esta problemática no se limita a Sudamérica, sino que abarca diversas regiones del mundo, incluyendo África y Asia.
Aunque Trump ha utilizado retórica incendiaria sobre migrantes en el pasado, estas declaraciones fueron particularmente impactantes, ya que es la primera vez que realiza afirmaciones de este tipo en un evento público. En otro mitin en Iowa, reiteró sus comentarios, alegando que los migrantes están «arruinando nuestro país».
Las críticas no se han hecho esperar, con fuertes condenas provenientes de demócratas, defensores de los derechos civiles y, sorprendentemente, incluso algunos republicanos. La Liga de Ciudadanos Latinos Estadounidenses (LULAC) y la Liga Antidifamación (ADL) emitieron un comunicado conjunto calificando las declaraciones de Trump como recordatorios del «lenguaje de Adolf Hitler y el régimen nazi».
Domingo García, presidente nacional de LULAC, expresó que las palabras de Trump manipulan las emociones humanas para incitar al odio y causar daño a personas inocentes, comparándolas con algunas de las frases del libro «Mein Kampf» de Hitler, que establece los principios de su ideología antisemita y de la supremacía aria.