«Dance Fever»: Florence baila y muere hacia la libertad

Escúchalo como en la Primera Emisión de MVS Noticias con Luis Cárdenas

Imagina que tu cuerpo se infecta de una enfermedad letal. No tienes fiebre ni dolor, solo comienzas a bailar, bailar y bailar. No paras, no puedes. Das vueltas, saltas, corres, te mueves sin parar. No eres el único, a tu alrededor hay varias personas acompañando cada uno de tus pasos, con una sonrisa que poco a poco se retuerce hasta que las lágrimas caen sobre la tierra. Todo termina cuando caes muerto en el suelo, mientras los demás siguen bailando a tu alrededor.

Inspirada en esa enfermedad medieval, la Coreomanía, Florence + the Machine regresa con “Dance Fever”, en donde nos comparte, a través de 14 canciones, las batallas internas que lidió durante la pandemia, la cual le cumplió su deseo de alejarse por completo del escenario… Sin embargo, también la hizo descubrir que aún quiere estar ahí, frente a miles de personas.

Florence Welch, a sus 35 años, se debate sobre su vida artística y la posibilidad de ser madre. En “King” discute con ella misma y reflexiona sobre su rol de género: “La mujer es cambiante, siempre cambia de forma. Justo cuando crees que la has entendido, algo nuevo está iniciando (…) Nunca creí que el asesino vendría dentro de mí. No soy una madre, no soy una esposa, soy un rey”.

A diferencia de sus álbumes pasados, aquí el sonido se contiene. La mayoría de las canciones crecen y elevan, pero nunca llegan al clímax explosivo de su banda, lo cual la caracterizó en éxitos de festivales como “Dog Days Are Over” o “Shake It Out”. Ahora desea que nos concentremos en aquello que nos dice, grita, habla, susurra y hasta gruñe.

Aunque en la imagen de su álbum asemeja una virgen entre flores, ella se presenta como la contraparte: una humana que hace daño y sufre. No quiere que por ser mujer sea santificada, lapidada ni menos satanizada: “Hazme malvada, entonces en vez será un ángel. Por lo menos me santificarás cuando muera”, así grita en “Dream Girl Evil”

Por otra parte, Florence comparte en “My Love” la tristeza de tanta pérdida que ha sufrido tanto ella como el mundo entero: dónde poner nuestro amor cuando todo queda vacío. Aunque su idea original fue hacerla una balada acústica, quizá el dolor fue demasiado; gracias al productor Dave Bayley –conocido por su trabajo con Glass Animals–, llevaron el tema un poco más hacia el dance, y así poder soltar una lágrima mientras movemos la cabeza de lado a lado.

Mientras que en “Heaven is here”, Florence canta desde un círculo de aquelarre, como ritual de expiación que concluye con este hechizo: “Y cada canción que escribí se convirtió en una cuerda, amarrada a mi cuello, para jalarme hasta el cielo”. Cada nota es un escape; cada canción, una salida de un mundo inundado en llanto.

“Free (libre)”, sólo así se siente con la música, ya que es su arma letal contra la ansiedad. Con un ritmo frenético pero constante, Florence poco a poco se aleja de tantos pensamientos que abruman su mente. Nos contagia con su voz, nos infecta por correr, pero ya no como una enfermedad: es la cura. Bailar hasta morir, y por fin ser libre.

Tracklist

01. King
02. Free
03. Choreomania
04. Back in Town
05. Girls Against God
06. Dream Girl Evil
07. Prayer Factory
08. Cassandra
09. Heaven Is Here
10. Daffodil
11. My Love
12. Restraint
13. The Bomb
14. Morning Elvis