Después de que la semana pasada se vinculara a Andrés López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, con un supuesto caso de corrupción entre la empresa de un amigo cercano, Almícar Olán, y el gobierno morenista de Quintana Roo, el presidente afirmó tener la conciencia tranquila.
Al concluir su gira de tres días por el Estado de México en el Parque Metropolitano Bicentenario, López Obrador expresó su felicidad, a pesar de que se acerca el final de su mandato en septiembre de 2024. Aseguró que no tiene apego al poder ni al dinero, lo que le permite no aferrarse al cargo.
«Esto es lo que me permite resistir, lo que me ha permitido luchar por muchos años por mis ideales, por mis principios, y poder decir, casi al final de mi mandato, que me siento muy feliz, y que estoy, en verdad, muy tranquilo con el tribunal de mi conciencia», afirmó.
En medio de los gritos de beneficiarios de programas sociales que le pidieron que busque la reelección, el presidente reiteró su posición en contra de este mecanismo electoral. Subrayó la importancia de no tener apego al poder ni al dinero, destacando que la verdadera felicidad radica en estar bien consigo mismo, en paz con la conciencia y en armonía con los demás.