El sacerdote Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello”, confirmó que los líderes de Los Tlacos y la Familia Michoacana, dos de las organizaciones criminales más influyentes en el estado de Guerrero, han llegado a un acuerdo de tregua el pasado 21 de febrero, con el objetivo de frenar la espiral de violencia que azota la región. Este pacto, alcanzado sin la intervención de autoridades estatales o federales ni la mediación de líderes eclesiásticos, busca que cada grupo mantenga el control de sus territorios actuales sin avanzar sobre nuevos dominios.
Este acuerdo se produce tras un violento enfrentamiento en San Miguel Totolapan el fin de semana anterior, que resultó en la muerte de 17 personas, mayoritariamente pertenecientes a la Familia Michoacana. Este episodio de violencia fue en represalia a un ataque previo el 4 de enero en la comunidad de Buenavista de los Hurtados, donde se reportó el uso de drones para lanzar explosivos por parte de la Familia Michoacana, dejando un saldo de personas fallecidas y daños materiales significativos.
A pesar de la gravedad de estos enfrentamientos y el uso de tácticas de guerra como el empleo de drones con explosivos, la comunidad local ha mostrado resistencia a presentar denuncias formales, complicando el registro exacto de víctimas y la acción de las autoridades. Este acuerdo de paz representa un esfuerzo por parte de ambos grupos criminales para contener la violencia que ha caracterizado su lucha por el control territorial en Guerrero, una región que ha visto intensificarse el conflicto en los últimos meses.
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