Este lunes, defensores ambientalistas de Greenpeace se ataron a la maquinaria que continúa con la tala de árboles para el Tramo 5 del Tren Maya, que corre de Cancún a Tulum, en protesta por la deforestación que se vive en Quintana Roo por la construcción del proyecto.
En total, ocho activistas inmovilizaron con el cuerpo la maquinaria utilizada y desplegaron mantas con el mensaje “Protejamos la selva maya” en varios puntos de la obra, la cual acusan, ha impactado al menos 30 kilómetros en promedio.
Cabe destacar que el trazo original de este tramo ha sido modificado cuatro veces, adentrándose selva adentro, sin contar con estudios concluidos ni habiendo presentado la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), ni el Estudio Técnico Justificativo (ETJ) que obliga la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) y su reglamento, como parte del Procedimiento de Evaluación del Impacto Ambiental (PEIA).
Por su parte, la directora de Campañas de Greenpeace México, Aleira Lara, hizo un llamado al presidente López Obrador para suspender inmediatamente las operaciones en el tramo 5, que pretende abarcar 121 kilómetros de doble vía, con 5 estaciones y 3 paraderos.
“Nos preocupa que no exista una Manifestación de Impacto Ambiental, lo cual, además de incurrir en un acto ilegal, está dando paso a daños irreversibles en el ecosistema. Esta ruta, tal como está planteada, fragmentará, deforestará, contaminará y pondrá en riesgo aún más a la selva, a los ríos y a las comunidades”, expresó.
Aleira Lara señaló que científicos y activistas de diversas organizaciones han documentado los riesgos que representa el proyecto del tren para la red de ríos subterráneos más grande del mundo, junto con el sistema de cuevas inundadas y otros ecosistemas.
“Esta ruta, tal como está planteada, fragmentará, deforestará, defaunará, contaminará y pondrá en riesgo aún más a la selva, a los ríos y a las comunidades. Los proyectos de infraestructura, desarrollo económico y turísticos no deben derivar de la destrucción de la naturaleza ni de la violación a los derechos humanos”, puntualizó.
En tanto, Tania Ramírez de “Siempre Unidas”, un colectivo de mujeres del municipio de Solidaridad aseveró que “este es un proyecto que se nos ha impuesto y que no pedimos, ya que la consulta pública no cumplió con el proceso de consulta indígena mandatado por leyes internacionales”.
Greenpeace enlistó las potenciales afectaciones medioambientales y los daños ecológicos irreversibles debido a la construcción del Tramo 5, entre los cuales destacó la construcción de infraestructura ferroviaria sobre terreno kárstico, poroso y de poco espesor es altamente riesgosa y puede derivar en inminentes colapsos, así como generar contaminación irremediable del acuífero subterráneo por la perforación para la instalación de pilotes y otras estructuras.
Asimismo, remarcó que este tramo pasará sobre varios sistemas de cuevas inundables y ríos, entre los que se encuentra el Sistema Dos Ojos-Sac Actun, que es un sistema complejo que pudiera llegar a tener hasta mil kilómetros de longitud, y el cual aloja restos humanos, faunísticos y cerca de 200 sitios arqueológicos.
“Esta intervención generará un desequilibrio ecológico irreversible que pone en peligro a especies que en ellas habitan, entre las que destacan dos especies de peces ciegos que se encuentran en peligro de extinción, de acuerdo con la NOM 059”, advirtió.
Greenpeace también remarcó que habrá impactos negativos en la flora y fauna de la selva que resguarda a 114 especies de mamíferos terrestres, algunas de ellas en categoría de riesgo dentro de esa misma NOM 059; además de la deforestación de decenas de kilómetros y cientos de miles de árboles que dificultará la captación de agua hacia el manto freático.Con información de El Universal.
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