En abril, la inflación en México mostró un aumento por segundo mes seguido, según lo revelado por el INEGI. Este incremento, ligeramente superior a las estimaciones privadas, sitúa la inflación anualizada en un 4.65%, marcando la segunda medición más alta en lo que va del año. Pedro Tello, consultor en economía, destacó que este fenómeno es reflejo de una resistencia económica persistente, con la inflación superando el rango objetivo del Banco de México durante más de 38 meses consecutivos.
Productos básicos como frutas y verduras, especialmente el chile serrano, el tomate verde y el aguacate, experimentaron incrementos significativos en sus precios durante abril. Esta situación, combinada con la prolongada tendencia alcista de la inflación, llevó a Banxico a mantener sin cambios la tasa de interés en su última reunión. Se espera que las decisiones futuras del banco central estén condicionadas por la evolución de la inflación y su impacto en la economía doméstica y el poder adquisitivo de los ciudadanos.
La persistente tendencia alcista de la inflación plantea desafíos significativos para la economía mexicana, especialmente en términos de poder adquisitivo y calidad de vida para los ciudadanos. Con precios en aumento, especialmente en productos básicos de consumo diario, las familias enfrentan una presión adicional en sus presupuestos. Además, la incertidumbre sobre las decisiones futuras de política monetaria por parte de Banxico refleja la complejidad de equilibrar el crecimiento económico con la estabilidad de precios en un entorno desafiante.
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