La calificadora de riesgo crediticio Moody’s ha reducido la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) a «ca», descendiendo desde «caa3». Este cambio se debe a las crecientes necesidades de liquidez que la empresa estatal mexicana enfrenta en el presente año. Según la clasificación de Moody’s, esta acción sitúa a Pemex apenas un peldaño arriba del default, considerado el nivel más bajo en la escala de la agencia.
El análisis de Moody’s destaca que, adicionalmente, Pemex se verá obligado a lidiar con un incremento en los costos de capital y con importantes vencimientos de deuda programados para los próximos dos a tres años. La expansión en su capacidad de refinación y los esfuerzos por aumentar la producción están incrementando los riesgos empresariales, según se anticipó en el informe emitido por la agencia.
A lo largo de los años, la deuda de Pemex ha sido un problema constante, con la empresa debiendo actualmente alrededor de 106 mil millones de dólares a sus acreedores, una cifra que ha disminuido desde los 130 mil millones de dólares en 2018. Este descenso se atribuye a las intervenciones del gobierno federal en apoyo a la dirección de Octavio Romero Oropeza.
Un factor adicional para la degradación de la calificación es la inacción de Pemex frente a la reducción de su exposición a riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Moody’s ha señalado que la falta de atención a estos aspectos resulta en mayores tasas de interés debido a la presión social por cumplir con estos estándares.
Con este nuevo ajuste, que se suma a otros previos, Pemex se encuentra al borde de ser clasificada dentro de la categoría de alto riesgo especulativo, el nivel más bajo en este tipo de evaluaciones.
Este año, Pemex se enfrenta a uno de sus momentos más difíciles en términos de pagos y amortizaciones de deuda, con compromisos que alcanzan casi los 11 mil millones de dólares en 2024, de acuerdo a sus estados financieros.