En un suceso alarmante en San Isidro Monterrosa, municipio de Palmar de Bravo, Puebla, más de 180 migrantes se hallan varados tras ser presuntamente víctimas de una agresiva intervención por parte del Instituto Nacional de Migración (INM). Durante la operación, se reportó la dispersión de más de 50 personas y la detención de otros 80, quienes fueron trasladados a una estación migratoria en Villa Hermosa, Tabasco.
Los migrantes, provenientes de Honduras, Venezuela, Haití y Costa Rica y sumando un total de 308 individuos, enfrentaron un duro encuentro el domingo 4 de febrero. Aseguran que, bajo la apariencia de escolta por parte del INM, fueron conducidos hacia una emboscada de más de 15 patrullas cuyos agentes intentaron detenerlos con violencia, utilizando bastones eléctricos y armas de fuego.
La situación se agravó cuando, en un intento por evitar la captura, varios migrantes, incluyendo niños, huyeron hacia las áreas boscosas circundantes, quedando desaparecidos durante más de dos días. Esta área, conocida como el “Triángulo Rojo” en Palmar de Bravo, es notoria por la presencia de bandas criminales.
La comunidad local se movilizó en apoyo de los migrantes, enfrentándose a los agentes del INM con piedras y palos para proteger a los afectados. Desde el incidente, los residentes de San Isidro Monterrosa han brindado refugio, alimento y abrigo a los migrantes afectados.
La desesperación crece entre las mujeres y familiares de los migrantes, quienes han expresado en redes sociales la angustia por no tener noticias sobre el paradero de sus seres queridos. Han solicitado la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para facilitar la reunificación de las familias que han sido separadas por esta redada, en su camino hacia Estados Unidos. La crisis subraya la urgencia de abordar las políticas migratorias y las acciones de las autoridades con un enfoque humanitario y de respeto a los derechos humanos.