Este domingo, el gobernador de Texas, Greg Abbott, del Partido Republicano, declaró que intensificará las operaciones de seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México, una medida que continúa generando tensiones con la administración del presidente Joe Biden. En una conferencia de prensa acompañado por 13 gobernadores republicanos, Abbott informó que la Guardia Nacional de Texas está ejecutando acciones para reforzar la seguridad en la frontera sur del estado, aunque omitió detalles específicos.
La reunión se llevó a cabo en el Parque Shelby, en Eagle Pass, zona que ha estado bajo el control de los soldados texanos desde el mes pasado y donde se ha restringido el acceso a los agentes de la Patrulla Fronteriza encargados del procesamiento de migrantes que cruzan el río Grande.
Abbott defendió su estrategia de seguridad fronteriza, argumentando que posee el derecho constitucional de proteger al estado ante lo que él considera una “invasión” por el significativo aumento de inmigrantes sin estatus legal. “No nos limitaremos solo a este parque”, afirmó, rodeado por sus colegas republicanos y ante una impresionante formación de tanques de la Guardia Nacional de Texas.
La crítica hacia la administración de Biden fue un tema recurrente, con Abbott acusando al presidente de “abandonar su deber de hacer cumplir las leyes de Estados Unidos”. La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, se sumó a las críticas, señalando que ante la inacción del gobierno federal, corresponde a los gobernadores republicanos asumir la responsabilidad de gestionar la seguridad fronteriza.
La confrontación entre Abbott y el Gobierno de Biden se extiende a varios frentes legales, incluyendo disputas sobre la instalación de alambre de púas y una barrera de boyas en el río Grande, evidenciando la profundidad del conflicto en torno a la política de seguridad fronteriza.