La carrera contra la resistencia a los antibióticos: La IA como aliada

En el verano de 2021, un equipo de investigadores provenientes del MIT y la Universidad McMaster de Canadá emprendió un ambicioso proyecto. Su objetivo era utilizar un algoritmo para evaluar una colección de 7,000 compuestos químicos con la esperanza de descubrir uno con la capacidad de combatir el Acinetobacter baumannii, un patógeno conocido por su extrema resistencia a los antibióticos.

El Acinetobacter baumannii ha sido etiquetado por Jonathan Stokes, uno de los científicos involucrados en el proyecto, como un patógeno extremadamente desafiante. Con el tiempo, las cepas de Acinetobacter se han vuelto resistentes a los tratamientos convencionales, lo que ha dejado a los profesionales de la salud lidiando con infecciones hospitalarias sin una solución efectiva. Sin embargo, la inteligencia artificial (IA) logró identificar un potencial nuevo antibiótico en tan solo una hora y media, un avance de gran relevancia en un mundo que enfrenta un aumento en las llamadas «superbacterias», microorganismos que han mutado y ya no responden a los medicamentos disponibles.

Una vez identificado el compuesto por la IA, los investigadores llevaron a cabo refinamientos para hacerlo aún más eficaz. Luego, realizaron pruebas en ratones y descubrieron que este nuevo compuesto era capaz de suprimir las bacterias en infecciones de heridas. En comparación con los métodos tradicionales, el algoritmo se destacó por su capacidad para encontrar compuestos efectivos en pruebas con animales, y ya ha proporcionado varios candidatos prometedores. A pesar de que se requieren varios años para llevar a cabo pruebas en humanos y confirmar la efectividad del fármaco, el entusiasmo de los investigadores es evidente.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM), que incluye no solo a las bacterias, sino a todos los microbios, se ha denominado a veces como la «pandemia silenciosa». En 2019, los patógenos resistentes causaron la muerte de 1.26 millones de personas, según un estudio publicado en la revista médica The Lancet. Jonathan Stokes subraya la importancia de controlar las enfermedades infecciosas, ya que prácticamente toda la medicina moderna depende de ello, desde tratamientos de quimioterapia hasta cirugías invasivas y partos prematuros.

El problema de la RAM se agrava con el tiempo, y las proyecciones sugieren que, para 2050, el número de muertes anuales relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos podría llegar a los 10 millones o incluso más. La falta de inversión tanto de la industria farmacéutica como de los gobiernos para reemplazar los antibióticos más antiguos con tratamientos nuevos que las bacterias no pueden resistir representa un riesgo significativo. Tecnologías como la IA pueden acelerar el proceso de descubrimiento de fármacos y reducir costos, mientras que la secuenciación genómica portátil podría ayudar a los médicos a elegir los antibióticos adecuados para tratar a cada paciente en la clínica u hospital.

No obstante, incluso cuando se descubre un nuevo antibiótico prometedor, el problema persiste debido a la falta de rentabilidad para las compañías farmacéuticas. Los nuevos antibióticos deben usarse con moderación para evitar generar más resistencia, lo que los hace poco atractivos desde una perspectiva comercial. La inversión en costosos ensayos clínicos necesarios para su aprobación es insuficiente, y esto ha llevado a la quiebra de muchas nuevas empresas en el campo. Los inversores han perdido aproximadamente 4 mil millones de dólares en proyectos de desarrollo de antibióticos, según el AMR Action Fund.

La resistencia a los antimicrobianos es una amenaza global constante, similar al cambio climático y a futuras pandemias, pero lamentablemente, no recibe la suficiente atención. Mientras el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea trabajan en incentivos para estimular la creación de mejores antibióticos, sus esfuerzos han carecido de coordinación y urgencia hasta el momento. Lord Jim O’Neill, economista y exbanquero de Goldman Sachs, advierte sobre las consecuencias devastadoras de enfermedades infecciosas sin control y llama a una mayor conciencia y acción para abordar la amenaza constante de la resistencia a los antimicrobianos.