Tren Maya: un pasivo en siete pasos – Opinión de Mauricio Flores

1)   No, el Tren Maya no la obra de ingeniería mas grande del mundo como aseveró Andrés Manuel López Obrador el viernes pasado. La obra más relevante en el planeta (junto con otras 4) está en Asía y es el Gran Puente de Danyang-Kushan, que cuenta con 164.8 kilómetros de longitud, diseñado para soportar sismos y tifones para conectar Hong Kong con Macao y Zhuha; hoy en Estados Unidos se desarrollan espectaculares sistemas ferroviarios en Florida y California… pero no arruinemos la amenidad mayor de “el día del presidente”.

2)   Sin embargo, el Tren Maya que puso en marcha en calidad de prueba de tensiones y fuerza en taludes, señalización, energización, catenarias, reperfilamiento de rieles (por eso el lentísimo recorrido entre Campeche y Cancún), se desvió casi 70% respecto al proyecto original que no pretendía ser sólo un tren si no un modelo de desarrollo equilibrado en el sureste que permitiera el ordenamiento urbano de las pequeñas ciudades mediante la incorporación de sus habitantes a actividades productivas sustentables y abiertas a la innovación tecnológica.

3)   Pero eso, luego de una sobreinversión de casi 150% sobre el presupuesto original, el modelo incluyente no será. Y ni hablar de la rentabilidad prometida a la Sedena que del Tren Maya saldría para pensiones de militares, pues de entrada requerirá un subsidio anual casi 24 mil millones de pesos anuales proveniente del Impuesto de No Residente que la Secretaría de Turismo, a cargo de Miguel Torruco, utilizaba para la promoción de la Marca México y que también aplicaba Fonatur para la mejora y conservación de los Centros Integralmente Planificados de turismo.

4)   Y no sucederá por que el desvió en 70% del plan original empezó por los 6 cambios de trazo principal (y una cantidad desconocida de cambios menores) que alteraron el recorrido a fin de cumplir la prisa presidencial… prisas trasladadas como órdenes al encargado real de la obra, el general Oscar Lozano Águila. El primer resultado de ello es una calidad de obra aún sin certificación pública: nadie sabe, salvo el grupo cercano de López Obrador, sí la obra entregada por los contratistas de Sedena que se pactó y pagó cumple con los estándares de duración y seguridad acordados.

5)   El segundo y no menos importante es el devastador impacto ambiental: las medidas de mitigación resultan ridículamente pequeñas ante el efecto avalado por la SEMARNAT de María Luisa Albores (de la supervisión, mejor no hablemos) y se refleja en demandas nacionales e internacionales por severos daños al frágil sistema ambiental de la península.

6)   Con la llega de Javier May a la dirección de Fonatur se mandó al inodoro el modelo de integración social y económica de los habitantes a través de las originalmente llamadas Comunidades Maya Sustentables, mismas que tendrían su epicentro inmobiliario y comercial en estaciones ambientalmente adaptadas a la zona y a sus mercados locales con participación con “capital tierra” de los habitantes y un modelo participativo coordinado por Fonatur. Lo que ahora se inaugura son galerones poco agraciados, lejanos en su mayoría de los puntos de población y actividad económica por lo que no cumplirán su papel de “cinturones de contención urbana” en el sureste. Se beneficiaron 500 mil personas que vendieron sus terrenos al Tren Maya, pero excluyendo a millones de habitantes del desarrollo.

7)   Por todo lo anterior el Tren Maya difícilmente será autofinanciable. El tramo Campeche-Mérida-Cancún es el que quizá sea rentable en dos décadas por efecto del transporte de mercancías. Pero en 2025, ya sea Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum tendrán que proponer que hacer con ese armatroste de pasivo presupuestal y ambiental a cuestas.

Moya ojos, oídos y boca cerrada

Pues que el senador panista Roberto Moya cree que calladito se ve mas bonito y por ello se niega a escuchar a empresarios, usuarios y ciudadanía que saldrá dañada de la propuesta de Sociedad de Autores y Compositores de México, a cargo de para que se cobre un impuesto privado a celulares, tablets, laptops, hasta memorias USB para embolsarse casi 10 mil millones de pesos por año.  Ya se imaginará usted la enorme inquietud que hay entre los fabricantes dispositivos y operadores de telecomunicaciones, agremiados ambos en la CANIETI y comercios adscritos a la ANTAD que lleva Vicente Yáñez.

Moya y sus cófrades en la Comisión de Economía del Senado, ni siquiera analizan los efectos que sus intereses tendrá sobre consumidores e industria de tecnología móvil, creyendo que “no la sentirán”.

Y entre los datos ignorados por los legisladores es qué de entrada, todo aquel que usa celular o una consola de internet o un QR somos criminales que usamos contenidos pirata… y los números desmienten a Moya: el porcentaje de personas que reportaron recurrir a la piratería para consumir música cayó de 22% en 2019, a 12.5% en 2022. Y en películas, la piratería cayó de 39%a 16.5% en igual período.

Y esto respondería a los nuevos hábitos de consumo de contenidos audiovisuales mediante plataformas de streaming… aunque algunos políticos acomodaticios, como Moya, busquen algo más que aplausos.

@mfloresarellano

floresarellanomauricio@gmail.com